10 Mejores obras de Goya (Fuendetodos, 30 de marzo de 1746-Burdeos, 16 de abril de 1828)
Francisco de Goya nació en Fuendetodos en 1746 se inicia en la pintura como aprendiz en la copia de estampas devotas, posteriormente, se expandirá según su mundo imaginativo. Se hizo padre del arte contemporáneo gracias al ingenio e innovadora visión con la que se adelantó a los diferentes movimientos artísticos europeos, aunque su progreso fue tardío, su vocación lo mantuvo constante.
En 1770 experimentó el Neoclasicismo y combinó con el Rococo en la serie de tapices de la manufactura Real de Santa Bárbara. Entre 1793 y 1799 transita hacia la estética romántica en medio de una enfermedad que le deja sordo, su pintura se hace tan creativa y original que produce “sus caprichos e invenciones”. En los albores del siglo XIX, pinta a la familia real de Carlos IV y experimenta y recrea los horrores de la guerra.
Entre 1820 y 1824 aparece su obra cumbre: las pinturas negras, de impronta modernista y fuerza expresiva, éstas se suman a la serie de imágenes insólitas y caprichosas producidas por el artista catalogadas sarcasmos a las costumbres de su tiempo. Murió el 23 de marzo de 1828 a causa de su enfermedad tumoral y una dramática caída.
10 Mejores Obras de Goya
1. Aníbal Vencedor-1770-Quinta de Selgas, Cudillero, Asturias
Considerada una de las obras más tempranas del artista, nace de la inquietud de un Goya interesado en ampliar conocimientos artísticos, viaja a Italia a aprender de los maestros del arte y estando allí, participa en un concurso convocado por la Academia de Parma, se le dan orientaciones precisas, por ende, “Aníbal Vencedor” es presentado conforme lo exigido. El artista añadirá su impronta asumiendo estética neoclásica, alegoría mitológica y una paleta de tonos pasteles, rosados, suaves azules y grises perla.
2. El Quitasol-1777-Museo Del Prado, Madrid
Creada para la serie de decoraciones del comedor del infante Carlos, con el Rococo y el Neoclasicismo como antecedentes; Goya, durante su trabajo en la Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara, se inspira en la pintura galante del siglo XVIII, recrea el galanteo entre dos jóvenes con un parasol de por medio. El espectador es capturado por el rostro de la joven, exquisitamente logrado, en medio de una composición geométricamente prolija, fuertes contrastes y difusión matizada de la luz.
3. La Familia De Carlos IV-1880- Museo del Prado, Madrid
El 25 de abril de 1789 es nombrado pintor de cámara de los nuevos reyes Carlos IV y doña María Luisa de Parma, el nombramiento le llevaría a retratar la familia real, es así como en 1800 «La Familia de Carlos IV», primer cuadro de Goya en entrar al Museo del Prado, se concretaría revelando la maestría del artista y su técnica de pincelada goyesca, preludio del impresionismo, con la cual estamparía la personalidad de cada uno de los retratados.
4. La Maja Desnuda-1790/1800-Museo del Prado, Madrid

Nuevamente el artista sorprende con su pincelada goyesca creando una composición que para muchos, en medio de la época en la que se creó, resulta como una exaltación al erotismo atendiendo la expresión de satisfacción del rostro de la modelo y su posición corporal, sumado a ello, está el hecho de ser la primera obra conocida en la que se dibuja vello púbico femenino lo que la hace audaz y atrevida. Es una de las obras más famosa del artista.
5. La Maja Vestida-1802/1808-Museo del Prado, Madrid
La compañera póstuma de “La Maja Desnuda”, la primera no advertiría en su advenimiento esta correspondencia, se creó entre 1802 y 1808 unos años más tarde que su homóloga. Al igual que la primera, es una de las obras más famosas del artista. Se trata de la misma modelo pero cubierta con vestimentas iluminadas, aunque, no se evidencia el mismo cuidado otorgado a la primera de sus majas. La identidad de la modelo es incierta aunque especulaciones van y vienen.
6. Los Fusilamientos Del 3 De Mayo-1813/1814-Museo del Prado, Madrid
Durante la Guerra de Independencia Española (1808-1814), los ojos de Goya se desbordarían de horror, su súbita sordera le ayudará a afinar la agudeza de la visión y plasmará, con astucia plástica, las más conmovedoras e impresionantes escenas de la historia en las que se muestran soldados deshumanizados y en perfecta formación, de igual forma, un lastimero grupo de víctimas impregnados de gestos de espanto en una arena sangrienta. Hace peso en la obra la figura resignada de brazos abiertos.
7. La Carga De Los Mamelucos-1814- Museo del Prado, Madrid
Esta obra, encargada después de la guerra, forma parte del conjunto de estampas que el autor dedica a los desastres de la guerra, es el cuadro que representa y perpetua el levantamiento heroico del pueblo español contra los franceses, al igual que “Los Fusilamientos del 3 de Mayo”, el mismo es considerado una de las obras más famosas del artista. La misma refleja acontecimientos atroces cuya maestría artística le permiten trascender lo anecdótico de la época para universalizar el momento.
8. Saturno Devorando a un Hijo-1819/1823-Museo del Padro, Madrid
El dios Cronos devora a uno de sus hijos en esta alegoría sobre el paso del tiempo, con paleta predominantemente negra y blanca, con pocos ocres y escaso rojo, la obra está impregnada de simbolismos considerando que fue elaborada junto a otras de carácter trágico y grotesco en la etapa más descarnada del artista. Ésta formaba parte de las decoraciones que ilustraban los muros de la Quinta El Sordo, lugar donde residía, a las mismas se les denominaron “Pinturas Negras”.ç
9. El Aquelarre, o El gran Cabrón-1819/-1823-Museo del Padro, Madrid
Otra de sus “Pinturas Negras” en la que con una mezcla de pintura suelta, gruesa y rápida y líneas finas que contornean las siluetas logra recrear una atmósfera ritual sin precedentes, una ceremonia satánica, conformada por brujos en un ritual de iniciación con el demonio. La obra tiene un antecedente del mismo autor, se trate de un cuadro de dimensiones pequeñas con el mismo nombre destinado a la decoración del palacio de la finca de recreo del Duque de Osuna.
10. El Coloso-1808/1812-Museo del Padro, Madrid
También conocido como “El gigante, El pánico y La tormenta”, aunque fue concebido durante la época de la guerra de independencia española, las técnicas empleadas son similares a las de sus posteriores “Pinturas Negras”, paleta oscura, mínimo uso del color, iluminación interrumpida para representar temas de atmósfera caótica. La figura colosal acapara la atención hacia la parte superior de la obra, mientras que en la parte inferior se centra en el movimiento de las figuras que corren en diferentes direcciones.