Fiódor Dostoyevski

10 Mejores Obras de Dostoyevski (Moscú, 1821; San Petersburgo, 1881)

DOSTOYEVSKI 10 Obras de arte

Fiódor Dostoyevski es considerado como el escritor ruso más universal de la historia. Nació el 11 de noviembre de 1821 y sus primeros años fueron decisivos para la formación de su personalidad, su vocación y ese deseo obsesivo por desentrañar el misterio que creía encerraban los seres humanos.

Pasó parte de su infancia en la finca que su familia adquirió en Tula. Pero la muerte de su madre cuando aún era un adolescente lo dejó sin ese apoyo emocional que su padre nunca le dio. Lo envía junto con su hermano Mijaíl a la Escuela de Ingenieros Militares de San Petersburgo y es ahí donde reciben la noticia que los siervos bajo su yugo, hartos de sus canalladas, lo asesinaron cruelmente. 

Fue un nuevo golpe para el joven de dieciocho años, quien por entonces había descubierto la literatura y comenzaba a pensar en dedicarse a ella. Llega así su primer libro en 1846, la primera novela social rusa, después de coquetear con el teatro y ya aquejado por la epilepsia que tardarían en diagnosticarle pero lo acompañaría siempre.

Entró en un espiral que lo llevaría a conocer los extremos del mundo. Su efímero interés por el socialismo lo pone frente a un pelotón de fusilamiento, pero en vez de morir será destinado a una asfixiante prisión en Siberia donde aprenderá a ver el lado humano de los peores criminales.

Reintegrado a la sociedad, las deudas lo vuelven un ludópata y esta desviación de su conducta lo mantendría huyendo siempre de sus acreedores, a vivir apuros económicos, a no sentirse libre. Lo que aprovechó para escribir sin descanso, a proyectar lo que terminaría siendo la novela psicológica, el gran legado de este cristiano converso que veía el sufrimiento como un vehículo para alcanzar la clarividencia. 

Su segundo matrimonio le da cierta estabilidad, pero se enfrentaría a la pérdida de dos de sus hijos, a la depresión, al alcoholismo, al exilio, al agravamiento de la incomprensible enfermedad que tenía. Su vasta producción recibió el aplauso de sus compatriotas, aunque la muerte lo encuentra sin haber terminado la segunda parte de Los hermanos Karamazov. Tenía cincuenta y nueve años.    

10 Mejores Obras de Dostoyevski

1. Pobres gentes. San Petersburgo, 1846.

Novela epistolar que refleja cómo lo marcó la vida del campo durante sus primeros años, la forma en que la pobreza podía predestinar a la gente. Los protagonistas entablan una relación platónica a través de cartas, en estas se consuelan mutuamente por la manera en que la Rusia zarista los trata por culpa de su posición económica. Por esos años, el joven Dostoyevski daría algunos pasos en falso al creer encontrar en el socialismo una forma de pensamiento acorde con su interés por reivindicar a las clases más bajas. En 1865 el autor lanzaría la edición revisada y corregida que ha llegado a nosotros.

2. El doble. San Petersburgo, 1846.

El doble Dostoyevski

Dostoyevski se adelantó al existencialismo con su segunda novela. Nos presenta a un hombre atormentado por el dilema entre lo que quiere y lo que debe hacer. Goliadkin es un burócrata lleno de contradicciones, las que se harán evidentes cuando aparece su “doble”. Así se pone de manifiesto la lucha interna con ese “demonio” que trata de dominarlo, la que el escritor desarrollará con mayor maestría en sus futuros y más célebres personajes.

3. Humillados y ofendidos. San Petersburgo, 1861.

La primera novela de Dostoyevski a su regreso de Siberia fue publicada en el diario que fundó con su querido hermano Mijaíl. Un joven narrador nos detalla sus últimos meses de vida. Casi siempre como testigo, su suerte está ligada a la familia que lo crio y a los problemas que los aquejan. La falta de dinero y la imposibilidad de concretar el amor que siente por Natasha, quien huye con un pérfido príncipe, no serán suficientes para doblegar su espíritu. De un realismo crudo, en sus páginas hay espacio para la reivindicación de Vania gracias a su entereza moral.   

4. Recuerdos de la casa de los muertos. San Petersburgo, 1861-1862.

Como el título adelanta, esta es una novela sobre la memoria, en este caso, la que regresa a los ocho años que pasó el escritor realizando trabajos forzados en Siberia. Fue la pena que reemplazó a la de morir por culpa de sus ideas políticas. Presenta entonces a un álter ego que relata todo lo que vio y experimentó en ese inhumano encierro. No duda en comparar a los reos con animales, pero tampoco en afirmar que las personas son más complejas que sus actos. Una reveladora crítica social que expone la manera en que el Estado aparta a las malas semillas sin interesarse por las razones que los llevan a cometer sus crímenes.    

5. Memorias del subsuelo. San Petersburgo, 1864.

Memorias del subsuelo Dostoyevski

Está relacionada con dos aciagos acontecimientos de su vida, las muertes de su primera esposa y su hermano Mijaíl. Es en momentos de mucha oscuridad en que Dostoyevski encuentra la luz que lo convierte en un artista superior. Dividida en dos partes, del narrador y protagonista sabemos desde la primera línea que está enajenado, que es un marginal y un infeliz. Aunque en su delirante monólogo la lucidez se impone, lo que termina siendo una expiación para él y los lectores. Relato de tono filosófico que contrarió a la crítica pero que se convirtió en un éxito entre el público.

6. Crimen y castigo. Moscú, 1866.

Crimen y castigo

Apareció por entregas en la revista El mensajero ruso y uno de sus grandes méritos es la manera en que consigue introducirnos a la perturbada mente del protagonista, a ponernos en su lugar, a identificarnos con sus acciones. Aquí no es el asesinato lo que importa, ni siquiera los motivos, sino las consecuencias de haber caído a ese hoyo en el que Raskólnikov se precipita después de “castigar” a la usurera. Entonces será su conciencia quien lo castigue a él, la culpa lo hará confesar su crimen y entenderá finalmente que no hay hombres superiores ni inferiores, que todos libramos la misma guerra en nuestro interior.   

7. El jugador. San Petersburgo, 1866.

Según sus biógrafos, los problemas de juego de Dostoyevski comenzaron cuando intentó “costear” su relación con Polina, una arribista y calculadora mujer por la que pierde la cabeza durante su primer matrimonio. De este modo, el argumento incluye un personaje femenino del mismo nombre y a un hombre que no duda en cumplir sus deseos, y convierte a los casinos y los juegos de azar en un amor tan irracional como el que finalmente no encontró en ella. Pero no es el único personaje que se sumerge en el vicio de las apuestas en esta novela que escribió en menos de un mes por lo necesitado que estaba de dinero.

8. El idiota. Moscú, 1868-1869.

El autor se despoja un tanto de su seriedad para contarnos la historia del príncipe Myshkin, un joven incomprendido y tratado de “idiota” debido a la sencillez y falta de malicia con las que vive. Lo que contrasta con los valores que representan el resto de personajes, quienes prefieren ningunearlo antes que aprender algo de él. La caracterización del protagonista es un acierto de la novela, un hombre que por ser epiléptico es frenado de transitar por los caminos normales, pero que encuentra en las relaciones humanas un gran catalizador. No sería el único personaje de Dostoyevski con su misma enfermedad como rasgo distintivo.

9. Los endemoniados. Moscú, 1871-1872.

Desde 1873 hasta el año de su muerte, en Diario de un escritor, Dostoyevski reafirmó su vena periodística dirigiendo una publicación mensual en la que deja un espacio para sus opiniones personales. La coyuntura del país, lo que sucedía en Europa o cualquier cosa que inquietase su ánimo se convirtió en pretexto para exponer sus ideas. Esta novela es quizá el antecedente directo, pues también es la más política de todas. El asesinato de un hombre por culpa de su ideología es el leitmotiv de esta historia en que el autor critica al creciente nihilismo en la sociedad rusa y advierte sobre la terrible amenaza del fanatismo.    

10. Los hermanos Karamazov. Moscú, 1879-1880.

Los hermanos Karamazov

Su última novela es también la más ambiciosa de todas y, para muchos, la mejor. Dos años le llevó terminarla y en el proceso se enfrentó a la muerte de su pequeño hijo Aleksey, lo que definió el tono luctuoso del relato y le dio nombre al héroe de la historia. Como en la mayoría de sus ficciones, su biografía le sirve para la creación de algunos de sus personajes y también para la peripecia. El asesinato de la trama es inspirado por el hombre acusado de parricidio que conoció en Siberia, pero el recuerdo de su mismo padre explica la relación que había entre Fiódor Karamazov y sus hijos. Se trata de la madurez literaria de Dostoyevski, en la que deja constancia de sus propias contradicciones, su tambaleante fe y explica cómo la libertad puede convertirse en un lastre para el hombre. 

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